¡¡¡ PAPÁ, YA ME SUBIERON, ABRO MAÑANA.¡¡¡

Las primeras palabras de Julio César Urías hacia su familia. Este viernes debuta en GL y hay fiesta en la Higuerita

CULIACÁN –(José Carlos Campos / El RinconBeisbolero.com). «Papá, ya me subieron, abro mañana en Nueva York», fueron la forma en que Julio Cesar Urías le avisó a su papá de su ascenso al equipo grande de los Dodgers. Tras la noticia, La Higuerita está de fiesta.

Carlos Urías no deja de mostrar su entusiasmo, «anoche mismo le hablé a la familia y a los amigos. Ha sido corto el camino pero ha valido la pena. La neta es que todavía no nos cae el veinte».

«Lo primero fue ir a la iglesia a dar las gracias, a pedirle a la virgen que lo siga ayudando. Mi hijo es un buen muchacho, ha peleado mucho y le ha costado más, nadie le ha regalado nada y ahora tiene su premio. Esto feliz», menciona su muy entusiasmado progenitor.

¿Van a ir a verlo? «No lo sé todavía, Nuevo York no está nada cerca y pues Julio nos dijo que vería con unos amigos a ver si se podía. Si no, vamos pues a verlo por TV».

¿Cómo lo tomó tu hijo? ¿Nervioso, emocionado?

«N´mbre! Estaba muy tranquilo, contento sí, pero muy relajado. El nervioso era yo. Mi esposa y mis hijos todos alrededor del teléfono y él hablando, así muy relax. Te digo: es un buen muchacho, está madurando».

El momento sirve para reflexionar, nos dice Carlos Urías.

«Es aquel niño que aún y el problema en su ojo, se puso a jugar, disfrutando todos los días y enviando el mensaje de que para jugar béisbol no hay impedimento. El muchacho de un pequeño rancho de Sinaloa que ha trabajado fuerte y que ese trabajo ya tiene una primera recompensa. Ese mismo muchacho que criamos y que en familia ha aprendió que aquí el béisbol es sagrado. Julio se lo merece, no lo digo como padre, lo digo como su amigo».

¿Le diste alguna recomendación, te ganó lo de «papa Cuervo»?

«Si caray, no me quedé callado y le dije que no se asustara si el estadio va a estar lleno o si lo abuchean o si la gente en Nueva York es dura. Que él disfrute, que haga lo que sabe hacer. Julio tiene tempple, no se arruga pero hay que recordar que apenas tiene 19 años. Yo tengo mucha fe en que va a salir bien».

Y tú, ¿qué ves en el futuro a corto plazo de Julio? ¿Qué quieres para él?

«Yo lo que sé es que en este 2016 puede y sea solo un ratito lo que dure arriba, por eso quiero que disfrute, Ya en 2017 veremos. Lo que sí quiero es que ande donde anda, se vaya por lo derecho, que siga trabajando, que siga mostrando que le gusta el béisbol y por sobre todo, que sea ejemplo para niños y jóvenes, que lo suyo sea mostrar que sí se vale soñar. Él es un muchacho de una familia mexicana muy tradicional, que vive en un rancho, trabajadora, de apego al béisbol… eso es lo que quiero. Que llegue adonde llegue, eso no se le borre de la mente. Con eso, ya estamos pagados».

Carlos Urías hoy no se cambia por nadie: su hijo Julio Cesar inicia el largo y sinuoso camino llamado Grandes Ligas.