LAZOS CERCANOS CON EL FUTBOL

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

AMENAZA-  Como si fuera costumbre, el de ayer no fue un día tranquilo en el mundillo futbolero, siempre hay algo o alguien que suelta la víbora en el agua. Ahora le tocó el turno a Fidel Kuri, personaje que aparece como presidente del club Tiburones de Veracruz y quién la puso fácil: si el próximo domingo no gana el partido de los tres colores, se lleva la fiesta a otra parte.

No, no nos convertimos en el “rincón futbolero” ni tratamos de ser émulos del chabelero poeta del deporte de las patadas. El tema es más serio de lo que parece.

Lo que dice Kuri es que  si gana el candidato de la alianza PAN-PRD, y atenido a que este dijo que en caso de llegar a la silla no apoyaría al deporte profesional, lo mejor será llevarse su circo a otra parte. Más tardó en decirlo que varios en caerle encima.

Aquí lo que llama la atención es como el gremio beisbolero del verano voltea la cara, hace como que la virgen le habla y semeja que no pasó nada. “Ese es problema del futbol”, dirán tratando de verse convencidos. No, lo es.

Es absurdo negar que en esas mismas condiciones se halla el club Rojos del Águila de Veracruz, franquicia que en mucho se sostiene gracias al erario, ese amplio arcón del que salen recursos hasta para equipos de basketbol. Muchas de las razones del porqué anda hoy el Águila donde anda se anclan precisamente en el cambio de gobierno.

No reconocerlo es simplemente hacerle al tonto.

FONDO– En este espacio, sostenido reiteradamente nuestra postura de lo nocivo que resulta que los clubes se sostengan con cargo al presupuesto de los gobiernos locales, así vayan como vayan como vayan.

Desde hace años, la Liga Mexicana de Beisbol ha permitido abiertamente la intromisión de dineros públicos y aún más, han logrado sostener la absurda papeleta de 16 equipos gracias a que gobernadores y presidentes municipales se ofrecen como “garantía” de que la franquicia tendrá permanencia en las plazas.

Así es como se han sostenido plazas como Campeche o Tabasco, así es cómo se logró la permanencia de Aguascalientes, que Reynosa esté prendida con alfileres o que los Tigres se mantengan en Cancún. Tan reconocido y fomentado ese esquema como el de la multipropiedad.

El modelo se ha venido agotando. Ya no basta decir que “es que no podemos dejar ir al deporte de esta ciudad” o que se argumente de que “es un medio de entretenimiento” o que “genera fuentes de empleo”. Al final, todo queda en ese “pan y circo” bajo el cual se esconde que los gobernantes lo que hacen con el deporte generar imagen para sí mismos, lavarse la cara.

MANSUR– Lo de Kuri y los Tiburones tiende la mesa para que ahora salga a la palestra José Antonio Mansur a decir que “el beisbol no es lo mismo” y que “el Águila se queda en el puerto”. Pero, acá entre nos, tenemos serias dudas de que así sea.

Pepe Toño es todo menos lerdo de entendimiento y lo que hará es mutis, resguardarse tras las espaldas de Kuri y esperar a lo que pase el 5 de Junio. Que si saliera a decir lo mismo se expone a que le digan lo mismo que al empresario futbolero: que es cínico aprovechamiento del deporte y de la ignorancia del pueblo con fines electoreros. Eso dicen y dijeron.

Pero tan serio es que el sector beisbolero se haga el desatendido y no vea en esto focos rojos. “Vamos bien” y ponen mute.

MEMORIA– Hace ya algunos años, por ahí del 2004, los mermados Cafeteros de Córdoba con Mansur al frente, dieron la nota al mudarse a Aguascalientes. Convenció Pepe Toño al gobernador en turno de que se hiciera de la franquicia y aún más, para que viera él le manejaba al club.

Aquel gobernador, Felipe González, accedió y el que siguió en el cargo, Luis Armando Reynoso, sostuvo el compromiso. El equipo era bien atendido tanto que también los convencieron de que compraran un autobús nuevo ya que el que disponían era menos que una “charchina”.

La historia no es larga: los Rieleros no duraron mucho en la capital hidrocálida y en 2007 se fueron a Nuevo Laredo para convertirse en Tecolotes.

Por cierto, nadie nunca preguntó ni nadie aclaró donde quedó aquel moderno autobús. A lo mejor se perdió en la desmemoria crónica del beisbol mexicano.