JAIME GARCÍA ATRAVIESA POR UN GRAN MOMENTO

Ha bajado su porcentaje de efectividad en sus últimas salidas

((Manolo Hernández Douen / LasMayores.com). Cuando Jaime García sube a la lomita, sus adversarios siempre esperan ver su platillo principal, que es uno de los mejores envíos en sinker que hay en las Grandes Ligas, pero también saben que cuando el zurdo mexicano de los Bravos de Atlanta combina ese pitcheo con otras perlas de su repertorio es uno de los abridores más difíciles de la meca de la pelota.

Con marca sobresaliente de 64-48 a lo largo de su trayectoria, el nativo de Reynosa, Tamaulipas, atraviesa por uno de sus mejores momentos con el uniforme de los Bravos, quizás el mejor, luego de aperturas sólidas de manera consecutiva para mejorar su efectividad de 4.65, a 4.07 a 3.58. En dos inicios recientes, solamente ha dado dos boletos, luego de regalar 14 en tres apariciones previas.

«Tiene muchos pitcheos y los puede utilizar en diferentes conteos», aseguró el paracorto de los Bravos, la promesa convertida en realidad Dansby Swanson. «Trabaja rápido, se asegura de que bateen la bola hacia nosotros».

El receptor titular de los Bravos, Tyler Flowers, admira a García por su esfuerzo entre aperturas para tratar de pulirse con miras a cada juego y convertirse en el pitcher que cierra el actual mes de mayo a todo vapor.

«Luce más cómodo», proclamó Flowers luego de recibirle a García en su victoria reciente frente a los Gigantes, equipo frente al cual tiene excelente efectividad de 2.54 a lo largo de su carrera. «La clave para él es tirar su primer pitcheo en strike. Le permite ser más efectivo con otros envíos. Ha sido más consistente en sus dos aperturas recientes. Al ser más agresivo, obliga a los bateadores a ser más defensivos»

Apunten al dirigente de los Bravos, Brian Snitker, entre los que le tienen un enorme respeto a Garcia, adquirido de los Cardenales de San Luis en una transacción por tres peloteros llevada a efecto el pasado 1 de diciembre.

«Yo no sé como hacen para poder batearle, sus envíos le rompen muy bien», expresó Snitker. «Es el tipo de lanzador que uno espera que pueda ir nueve entradas cada vez que le toca su turno».

Los Cardenales contaron por muchos años con García como un integrante valioso de su rotación, capaz de ganar 13 juegos tanto en el 2010 como en el 2011. De no haber sido por las lesiones, sus números hubieran sido más impresionantes todavía.

Entre los logros de García, originalmente seleccionado en el Draft del 2008 por los Orioles de Baltimore desde la secundaria en la cual estudió en Texas, figuran haber sido tercero en la votación por el premio Novato del Año de la Liga Nacional en el 2010, cuando fue galardonado con ese honor el receptor de los Gigantes de San Francisco, Buster Posey.

Más significativo todavía es el hecho de que en sus dos aperturas de la Serie Mundial del 2011, ganada por los Cardenales, García tuvo efectividad de 1.80.

Hoy integrante de la rotación de los Bravos, García trata de conocerse cada día mejor, con la finalidad de sacarle mejor provecho a su fortaleza. «Ejecutar pitcheos a ambos del plato es una clave para mí», analizó García, de 30 años de edad.

Un enigma para los bateadores cuando cuenta con varios de sus pitcheos en regla, García comenta que lo que ha logrado es fruto de la experiencia y de que es un pelotero que nunca toma nada por seguro.

«He pasado por muchos altibajos en mi carrera, por muchas lesiones y operaciones», indicó García. «He aprendido mucho y eso me ha ayudado a ser mejor persona, a conocerme mejor. Trato de reinventarme con cada cosa que pasa. Nunca me conformo. Trabajo duro para ir hacia adelante».

Su envío en sinker, que obliga a sus adversarios a batear inofensivos roletazos, es su pan nuestro de cada día, pero el zurdo azteca sabe que abusar de ese lanzamiento, por muy bueno que sea, pudiera ser una equivocación garrafal.

«Si tiro puro sinker, los bateadores van a hacer ajustes», acentuó García, que cuenta además con cambio de velocidad, recta cortada, slider y curva para mantener confundidos a sus rivales, que es lo que ocurrió en su apertura reciente en San Francisco, donde espació cuatro hits y no permitió carreras en seis episodios y dos tercios.

En aquella ocasión, García, que ha bateado dos jonrones en las Grandes Ligas, se sintió especialmente orgulloso por ayudarse a su propia causa como bateador. «Creo que cuenta con uno de los swings de un zurdo más hermosos que pueda haber, especialmente para un lanzador», informó su compañero de batería Flowers.

Y García no titubea al pedirle consejos a los que se dedican al arte de demoler a los lanzadores con sus batazos, como es el caso de uno de sus principales tutores en la materia, el jardinero Matt Kemp.

«No, no me considero un buen bateador, pero me gusta hablar con los instructores y con algunos de los muchachos», reveló García, que tiene promedio de por vida de .147. «Responder a la ofensiva te puede ayudar a mantenerte en un juego. Me enfoco bastante en trabajar con mi bateo. Me concentro en hacerle buen swing a la bola, para tratar de hacer algún daño en el plato. Y estoy en buena forma, no me canso corriendo».

Pasar a los Bravos es una experiencia en su vida profesional que alegra mucho al pitcher debutante en las Grandes Ligas en el 2008.

«Estoy demasiado contento por la oportunidad que me dieron de venir a un equipo nuevo que tanto necesitaba», agradeció el mexicano. «Me han tratado de maravilla. Me siento muy a gusto con mis compañeros, con la directiva por lo bien que se ha portado conmigo».