DEL BAÚL DE LOS RECUERDOS

Fue en Agosto de 1989 cuando la Liga Pequeña del Valle hizo historia siendo el primer circuito mochitense en participar en un Torneo Internacional.

Por Jesús Álvarez Palafox.

Fue por allá en 1989 cuando un grupo de jóvenes comandados por Demetrio Meza, alcanzaron el objetivo, lograr el boleto a un Torneo Internacional de Beisbol, el primero que una liga mochitense alcanzaba y este fue dentro de la categoría denominada “Bigleague” con jugadores de la división 16-18 años.

La Liga Pequeña de beisbol del Valle, la pionera del programa de Ligas Pequeñas afiliadas a Williamsport, fue la representante mochitense en ese evento internacional que se llevó a cabo en una pequeña comunidad del estado de la Florida en Estados Unidos y de nombre Derfield Beach.

Ubicada a escasos kilómetros de Fort Lauderdalle, esa comunidad fue el escenario del duelo entre México y Panamá y donde se jugaba el boleto al Torneo Mundial. Algo que se desconocía y que se mencionó cuando el equipo mexicano estuvo por aquellas tierras. Es decir, la Liga del Valle según estaría en el Mundial, pero llegando a tierras floridanas se dijo que era una eliminatoria ante Panamá originando el enojo del entonces Director del Distrito XII de Los Mochis Javier Adame.

INICIAN SU AVENTURA EN SALTILLO

Después de haber saltado los obstáculos, el grupo de jóvenes de la Liga del Valle fueron al torneo nacional celebrado en aquel año en Saltillo, los resultados fueron altamente positivos y se llevaron el campeonato nacional y según el boleto al Mundial.

Javier Adame, entonces director del Distrito XII, hizo todo lo posible para que los muchachos estuvieran en Florida después de que en Monterrey ya estaba todo preparado para ser ellos los representantes mexicanos, incluso los directivos neoloneses pidieron al equipo mochitenses que se olvidaran del objetivo y que ellos fueran al torneo internacional tomando en cuenta que ellos ya tenían todo.

Quizá, eso le pico la cresta a Javier Adame y junto con Carlos Holguin (qepd), un directivo apasionado de las Ligas Pequeñas movieron todo para buscar la manera de realizar el objetivo. Primero llegó una entrevista con el gobernador Francisco Labastida Ochoa, mochitense de pura cepa y quien jamás dudo en brindar el apoyo. Ahí mismo en su despacho levantó al auricular y llamo al alcalde de Ahome Ernesto Álvarez Nolasco y sus palabras textuales fueron. “Ernesto, los muchachos van a Florida a un Torneo Mundial, yo los voy a llevar y tú los vas a traer”.

Estaba el primer paso dado y lo siguiente fue la papelería para poder ingresar a USA. El mismo Labastida Ochoa hizo los trámites y con una visa general, los jóvenes se prepararon para la gran aventura.

Aventura que inicio desde Los Mochis a Tucson vía aérea y de ahí a Fort Laudardalle con escala en Dallas, cabe mencionar que la mayoría de los jugadores jamás se habían subido a un avión. Buscando la manera de que el equipo hiciera un buen papel, Javier Adame aceptó a cuatro jóvenes refuerzos de diferentes equipos que participación en el evento nacional, así llegaron el serpentinero Juan Carlos (El apellido no lo recordamos) de Saltillo, los también serpentineros Sergio Salazar (único que masticaba el inglés) de Hermosillo y Roberto de la Garza de Monterrey así como Eduardo Urbalejo de la capital de Sonora, ellos tomaron el lugar de algunos jugadores mochitenses como fue el caso de Bruno Pérez Esquer quien salió lastimado de una mano en el nacional pero como premio fue invitado al evento así como Francisco Adame.

UN ROSTER MUY COMPLETO

El equipo se veía bastante aceptable para dar una buena batalla, en su mayoría jugadores mochitenses de 16-18 años y que salieron de las ligas pequeñas con batallas en la pelota de tercera fuerza. Quizá no podemos acordarnos de todos pero si podemos mencionar a Fernando Ríos que jugaba el jardín central, César Castro, Jesús Pérez Damián, Gildardo Pompa Guillén, Jesús Moreno, Jesús “Chuy” Arredondo, Javier “Charolito” Castro, Miguel Ángel Ávila, Jorge Velázquez Bacasegua, Ernesto “el Natas” García (jugaba la receptoría en aquel entonces) así como los refuerzos mencionados líneas arriba, el alto mando era encabezado por Demetrio Meza, apodado “Míster Garvey”, manager de la Liga Intercolonias, llevó como coachs a Guillermo Audeves y Miguel Ávila, dos jugadores que tuvieron que salir del roster original.

No se olvida la presencia de Juanito, el segundo receptor y quien se ganó el cariño y la admiración de todo mundo. A los dos años de aquella aventura, Juanito que trabajaba como mesero nocturno viajando en bicicleta fue atropellado frente al ingenio cuando se dirigía a su casa después de salir de su turno, desafortunadamente ese accidente le cortó la vida a escasos 19 años de edad.

De los jugadores mencionados, solo dos alcanzaron el objetivo de llegar a la pelota de paga, Jesús “Chuy” Arredondo con larga trayectoria con Cañeros de Los Mochis y Venados de Mazatlán, el otro fue Roberto Garza (Se quitó De la Garza) y lanzó para los Venados de Mazatlán. Gildardo Pompa Guillén tuvo grandes campañas en la fuerte pelota de la “Clemente Grijalva”.

SOLO DOS JUEGOS Y…..VAMONOS DE REGRESO

Después de viajar todo el día, se llegó a Fort Lauderdalle a las 12 de la noche, a los organizadores se les “olvido” que el equipo mexicano llegaría y fue hasta las tres de la mañana cuando enviaron un autobús por los muchachos, ahí se les informó que el equipo de Panamá (sus rivales) ya estaban descansando en el hotel.

Solo es una eliminatoria se le dijo a Javier Adame, director del Distrito XII y responsable de la delegación. “Por tres juegos nos hacen venir de tan lejos, tanto gasto y tanto trámite para eso”, fueron las palabras textuales y las cuales la recordamos como si fuera ayer. Aunque había confianza en los muchachos, digamos  que existía la posibilidad de ganar dos de tres y avanzar al mundial ahí mismo en Fort Lauderdalle.

Para empezar, los mochitenses fueron hospedados en la comunidad de Derfield beach. “Un rancho bicicletero” nos dijo una mexicana radicada en Fort Lauderdalle y que era madre de familia de las Ligas Pequeñas de Monterrey pero con residencia por muchos años en los Estados Unidos. Esta mexicana fue la que dio la cara por el equipo y junto con sus papas prácticamente se convirtió en la protectora de todos los jugadores.

El Play bol se canta en un campo de primer nivel en Derfield Beach, los muchachos se quedaron con las ganas de jugar en el parque de Fort Lauderdalle, en aquel entonces casa de los Yanquis de Nueva York en sus entrenamientos.

Primer encuentro y Demetrio Meza decide jugársela con Juan Carlos, el refuerzo de  Saltillo y quien el nacional le había endilgado la única derrota a los Mochitenses, las cosas no se dieron, se perdió el primer encuentro, no había problema, había dos oportunidades más y al día siguiente fue Gildardo Pompa Guillén quien subiría al centro del diamante, uno de los lanzadores que habían sido claves en el Torneo Nacional.

Gildardo Pompa Guillén luce en la loma ante los panameños, pero desgraciadamente  no encontró el apoyo ofensivo y ese juego se perdió con un marcador muy ajustado de 3-2.

ENGAÑO EN BASE INTENCIONAL

Fue muy recordado ese partido tomando en cuenta que la carrera de la diferencia fue un engaño cometido por Pompa Guillen cuando estaba marcada la base intencional.

Cuando Ernesto “El Natas” García se levanta para pedir el lanzamiento afuera con corredor en tercera, Pompa realiza los movimientos, al tercer envío, el ampáyer marcó el engaño y con ello entró la carrera de la diferencia. Demetrio Meza fue y le reclamó al ampáyer, pero fue como predicar en el desierto, simple y sencillamente el ampáyer no le entendió nada. “Cuando le reclamé, no me entendía nada, entonces utilice el lenguaje mexicano, no me expulsó por que no entendió nada”, dijo después el alto mando mexicano en son de broma. (O sea que le recordó el diez de mayo en varias ocasiones).

La aventura terminó en ese encuentro, quedaba el regreso y se quedaron con las ganas de participar en el Mundial, los Panameños llegaron a los cuartos de los muchachos mexicanos buscando el famoso intercambio de las casacas, pocos lo hicieron, no había mucho que festejar y ahora solo esperar el regreso a tierras mochitenses.

Era prácticamente lo último, digamos que el último viacrucis, sin mucho que escribir a casa, sin dinero en los bolsillos, llegan a Tucson por la tarde y el viaje a estaba programado al día siguiente a las 12 mediodía, solo quedaba pedirle de favor a los guardias del aeropuerto de Tucson que los dejaron dormir en las salas de espera. Afortunadamente fue un guardia con raíces mexicanas que entendió la situación de sus paisanos y amablemente les dijo que se acomodarán. Así al día siguiente marcaron su regreso a los Mochis donde fueron recibidos con gran alegría por sus padres y demás familiares. Total, la gran aventura la habían cumplido.

Hoy, aquellos jóvenes, son cumplidos padres de familia, algunos jugando en diferentes ligas de veteranos, otro incluso ya como abuelos, pero todos recordando esa gran aventura.

En nuestra próxima entrega, habremos de recordar el viacrucis de otros jóvenes mochitenses, estos de la liga Juvenil Víctor López Astorga y quienes representaron a México en el Torneo Latinoamericano en Guatemala también dentro de la categoría Bigleague. Categoría que el programa mundialista de Williamsport decidió suspender debido a la problemática tomando en cuenta que a esta edad los jóvenes difícilmente juegan por amor a la camiseta.