Por Jason Beck
DETROIT – El auto deportivo sigue estando en la cochera de Armando Galarraga, un Corvette ZR1 de color plata casi en perfectas condiciones, 10 años después de que el venezolano estuvo a punto de lanzar un juego perfecto.
“Lo manejo muy poco”, dijo Galarraga el lunes. “De hecho, mi padre, creo yo, lo conduce más que yo”.
Cuando Chevrolet quiso recompensar a Galarraga por el deportivismo que exhibió después de la marcación errada del umpire de la inicial Jim Joyce, introdujeron un Corvette de color rojo al terreno de juego para regalárselo al siguiente día. Le ofrecieron un Corvette del color de su preferencia. Galarraga tenía la mirada puesta en un ZR1, que cuesta el doble del modelo estándar, y se ofreció a pagar la diferencia. Es la única vez que se permitió ser un poco egoísta.
Diez años después, el auto deportivo sigue funcionando. Las lecciones que Galarraga y Joyce también siguen vigentes. Éstas podrían ser más importantes ahora que cuando Joyce hizo la marcación que le negó a Galarraga un juego perfecto.
Es la empatía de dos personas sobre el mismo terreno de juego con trasfondos diferentes. Joyce, al darse cuenta de que su decisión en la primera base tras un roletazo de Jason Donald en la novena entrada era incorrecto, se sentía afligido porque Galarraga no obtendría el juego perfecto. Galarraga, viendo cómo a Joyce se le salían las lágrimas después del partido y de nuevo en el plato al momento de intercambiar los lineups al día siguiente, entendió su devastación emocional.
“Después de que todo pasó, lo fui a ver a su casillero”, contó Galarraga. “[El entonces gerente general] Dave Dombrowski me dijo que Jim Joyce seguía devastado. Vi a una persona que todavía se sentía terrible. Estaba cabizbajo y dijo que lo sentía mucho. Me puse en sus zapatos.
“Estaba tratando de pensar en cómo podemos enfocarnos en la solución y no en el problema. No culpemos a nadie. Tienes que entender: No echemos a perder una carrera de 25 años por un error. Todos cometemos errores. Entiendo lo profesional que él es. Los jugadores lo respetan bastante, toda esa fuerza que él tuvo, toda esta experiencia. Tenía mucha presión sobre sus hombros. Y en esa posición, para mí todo era flores, para él todo era negativo. Mucha gente hizo bastantes comentarios negativos.
“Hicimos clic en ese momento. No sabíamos en ese momento todo lo que esto iba a originar”.
Es la razón del por qué una blanqueada de un hit ante Cleveland acapara más atención en la historia de la que un juego perfecto tendría. Es la razón del porqué el juego, por mucho el mejor de las 91 aperturas de Galarraga en las Mayores, estuvo programado para ser transmitido en su 10mo aniversario el martes – a partir de las 9 a.m. ET por MLB Network y posteriormente a las 12 p.m. ET por MLB.com y tigers.com.
Y también es la razón del porqué personas como Galarraga, el ex timonel de los Tigres, Jim Leyland, y muchas más han estado recibiendo llamadas y mensajes de texto acerca de este partido por más de dos semanas.
“Se ha hablado mucho de este juego”, reconoció Leyland.
“Aprovecho esta oportunidad, porque para mí es una semana para ser famoso”, expresó Galarraga. “Y después de eso, soy una persona como cualquier otra”.
Galarraga está tratando de nuevo de sacar algo positivo de su experiencia, esta vez con la esperanza de ayudar a sus hermanos en Venezuela. Le llegó la idea a la mente de vender camisetas con motivo del aniversario con el siguiente mensaje: “What’s Your Call?” (¿Cuál es tu marcación?) y el hashtag #perfectgame28outs10years. Las camisetas, que también denotan su academia de béisbol, están disponibles en el sitio armandogalarraga.com/shop.
Galarraga estaba programado para estar en Detroit esta semana junto con Joyce, firmando autógrafos y vendiendo libros con la intención de utilizar los fondos obtenidos para ayudar a la gente de Venezuela. Una vez que la pandemia del coronavirus estropeó dichos planes, el oriundo de Cumaná tuvo la idea de hacer las camisetas.
“La situación en Venezuela está muy mal y para cuando el coronavirus arrecie, la gente no tendrá qué comer, no tendrá medicina suficiente”, lamentó Galarraga. “La cosa ya está mal. La gente allá necesita ayuda desesperadamente”.
Aunque dijo que buscaría que Major League Baseball le revirtiera la marcación de Joyce y le otorgara el juego perfecto en una entrevista el mes pasado para The Athletic, Galarraga ahora se retrae. Eso tenía que ver más con él pensando en voz alta
Ésta no es la primera vez. La especulación sobre si MLB podría tomar acción se dio casi inmediatamente después del juego, pero fue reprimida al día siguiente.
“No puedes hacerlo”, exclamó Leyland la semana pasada. “Es desafortunado que haya pasado. Pero no se puede cambiar. Eso generaría un problema bastante grande [con todas las marcaciones erróneas previas en la historia de Grandes Ligas]”.
Habría sido el primer juego perfecto en la historia de los Tigres, y el primero de parte de un lanzador nacido en Venezuela, un honor que Félix Hernández logró por los Marineros dos años después. También habría sido la segunda menor cantidad de lanzamientos realizados entre los 20 juegos perfectos en los cuales los conteos de pitcheo estuvieron disponibles; el roletazo de Donald llegó ante el 83er ofrecimiento de Galarraga.
También habría sido el juego perfecto menos probable de todos. Galarraga había lanzado seis innings perfectos vs. los Reales en el 2008 antes de ceder un imparable, pero abrió la temporada del 2010 en Triple-A Toledo. Regresó a la rotación de Detroit esa noche del 2 de junio después de que Dontrelle Willis fue canjeado.
Aun así, un juego perfecto no habría sido tan celebrado hoy en día como lo ha sido su blanqueada de un hit.
“Definitivamente, no”, admitió Galarraga. “Acaparamos más atención con la forma en que manejamos las cosas. Diez años después, parece que fue ayer. Es algo que te hace pensar cuando te retiras: ¿De qué manera contribuiste al béisbol? Y para mí, creo que es una buena prueba. No soy un jugador que haya pasado 10 años en Grandes Ligas. No soy un jugador que fuera a muchos Juegos de Estrellas”.
Galarraga no lanzó en Detroit por mucho tiempo más. El venezolano brindó algunas joyas de pitcheo más esa temporada, incluyendo siete entradas en blanco y ocho ponches de nuevo contra los Indios en agosto. Pero su codo derecho, el cual había sido sometido a una cirugía Tommy John años atrás, comenzó a molestarle de nuevo.
Los Tigres lo cambiaron ese invierno a Arizona. Después de 13 aperturas por los D-backs y en Triple-A Reno, Galarraga no aguantó más las molestias en el codo y se sometió a una operación para removerle fragmentos de hueso. Cuando regresó, su velocidad había mermado.
Tras cinco aperturas por los Astros en el 2012, breves estadías en Triple-A con los Rojos y Rockies en el 2013, en las ligas de Taiwán en el 2014 y de México en el 2015, Galarraga decidió retirarse.
“Estaba tratando de cambiar mi forma de lanzar, tratando de mejorar”, aseguró. “Pero el problema era cómo me sentía al día siguiente. Un día después de lanzar, ni siquiera podía mover mi codo”.
Ha decidido hacer las paces con su codo, al igual que las hizo con Joyce. Los recuerdos perduran en la mente de Galarraga. Tiene el auto deportivo y los otros obsequios. Tiene ese juego. Y todavía tiene una lección que enseñar.
“Cuando te comunicas, cuando no culpas a nadie por lo sucedido”, indicó. “Busca la solución, no el problema. Ésa es la belleza de esta historia. La belleza es no hablar de más. Ambos tratamos de dar lo mejor de nosotros. Cuando di mis entrevistas, nos respaldamos uno al otro. Y ésa es la razón del porqué esta historia es más valiosa que el propio juego perfecto. He sido afortunado al no haber sido afortunado”.