Ken Gurnick/MLB.com
Pocos disfrutan un buen debate como los fans de béisbol. Con eso en mente, les pedimos a nuestros reporteros que enumeraran a los cinco mejores jugadores de la historia de cada franquicia en una posición particular, según lo hecho con dicho equipo.
Aquí, los cinco mejores abridores zurdos en la historia de los Dodgers, según el reportero de MLB.com, Ken Gurnick.
1. Sandy Koufax, 1955-1966
Dato clave: El único zurdo de los Dodgers con más victorias de las 165 de Koufax es Clayton Kershaw con 169.
Vamos al grano: Sandy Koufax tiene cuatro anillos de Serie Mundial y fue nombrado JMV del Clásico de Otoño en dos ocasiones. Muchos podrían debatir, escudándose en las estadísticas avanzadas, que Koufax debería aparecer de segundo en esta lista, pero por seis años, fue el lanzador más dominante que la organización (y quizás de todo el béisbol) haya visto.
La joya de Koufax en el Juego 7 de la Serie Mundial de 1965 – una blanqueada de tres hits con sólo dos días de descanso tras haber acumulado 350 entradas ese año – podría ser el esfuerzo de postemporada menos valorado en la historia. Se retiró después de lanzar 54 juegos completos en sus últimas dos campañas regulares. Y lanzó con dolor constante, lo que ocasionó que se retirara a la edad de 30 años, colgando los spikes a pesar de ganar 27 juegos y el Premio Cy Young de la Liga Nacional ese año.
1a. Clayton Kershaw, 2008-presente
Dato clave: El único Dodger con más ponches en una temporada de los 301 de Kershaw es Koufax (382, 317, 306).
Si usted debe elegir al mejor de los dos basándose en las Victorias por Encima del Reemplazo, Clayton Kershaw gana. Ha ganado tres Premios Cy Young, cinco coronas de efectividad y un Premio al JMV. Excepto por tres temporadas con Zack Greinke, Kershaw no ha tenido a un co-as a su lado como Don Drysdale lo fue junto a Koufax, por lo que ha aguantado una carga más pesada. Kershaw ha sido quizás el mejor lanzador de su generación, y sigue siendo un pitcher de élite a pesar de que su velocidad ha mermado, gracias a ajustes a la hora de mezclar sus pitcheos y localización.
3. Fernando Valenzuela, 1980-1990
Dato clave: Su récord en postemporada quedó en 5-1 con efectividad de 1.98.
Si existiese un Salón de la Fama para jugadores que han causado un impacto tan importante tanto a nivel social como en el terreno de juego, Fernando Valenzuela le habría seguido los pasos a Jackie Robinson. Nacido en Etchohuaquila, México, Valenzuela le abrió las puertas de Grandes Ligas a la fanaticada latina, un sueño hecho realidad para los Dodgers en una ciudad con una gran cantidad de inmigrantes hispanoparlantes. En el montículo, “El Toro” fue todo un fenómeno, ya que fue nombrado Novato del Año en 1981 y de paso se llevó el Premio Cy Young de la Liga Nacional en la misma temporada. El sonorense fue convocado a seis Juegos de Estrellas de manera consecutiva y ganó dos Bates de Plata y un Guante de Oro en el Viejo Circuito. Es imposible determinar qué tan bueno habría sido en caso de que toda esa carga de trabajo que aceptó no le hubiese pasado factura a su devastado hombro.
“Creo verdaderamente que no existe otro jugador en la historia de las Grandes Ligas que haya creado más fanáticos que Fernando Valenzuela”, dijo el cronista de radio en español para los Dodgers, el ecuatoriano Jaime Jarrín. “Sandy Koufax, Don Drysdale, Joe DiMaggio, incluso Babe Ruth, ninguno de ellos lo hizo. Fernando convirtió en fanáticos del béisbol a una gran cantidad de mexicanos, centroamericanos y sudamericanos. Generó interés por el beisbol entre personas que no les importaba este deporte”.
4. Johnny Podres, 1953-1955, 1957-1966
Dato clave: Nombrado JMV de la Serie Mundial de 1955, Podres se perdió la temporada de 1956 mientras cumplía su servicio militar en la Marina estadounidense.
Podres tuvo ocho temporadas de 10 victorias o más, tres convocatorias al Juego de Estrellas, un título de efectividad y una corona de blanqueadas en Grandes Ligas. Su récord de por vida en Series Mundiales fue de 4-1, con efectividad de 2.11.
5. Claude Osteen, 1965-1973
Dato clave: Osteen debutó en Grandes Ligas a los 17 años tras lograr marca de 16-0 en su último año de preparatoria.
En nueve campañas con los Dodgers, Osteen ganó 10 juegos o más en cada año, incluyendo un par de temporadas con 20 victorias. Fue capaz de abrir entre 33 y 40 partidos en cada una de esas campañas, con entre cinco y 16 juegos completos y nunca menos de 236.2 entradas lanzadas. Fue convocado al Juego de Estrellas en tres ocasiones y fue el lanzador ganador en aquella edición de 1970 cuando Pete Rose tumbó al receptor Ray Fosse para anotar la carrera del triunfo.