OCTAVIO IBARRA COTA, A 13 AÑOS DE SU PARTIDA

Las mejores narraciones en la pelota invernal, gratos recuerdos con Rafael Reyes Nájera y Héctor Islas López.

Por Jesús Álvarez Palafox.

El pasado 27 de junio, se cumplieron ya 13 años de la partida de una de las voces privilegiadas dentro del rey de los deportes y a todo lo largo y ancho de la Costa del Pacífico.

Hace 13 años, un 27 de junio se dio a conocer la noticia del fallecimiento de don Octavio Ibarra Cota quien a sus 70 años de edad no pudo contra una enfermedad que lo postro buen tiempo en cama, nacido un 14 de septiembre de 1937 en los Mochis, Octavio fue un icono de la crónica deportiva hablada y escrita haciendo mancuerna con voces privilegiadas como lo fueron Rafael Reyes Nájera, mejor conocido como “Kid Alto”, pero sin duda la pareja más popular la hizo con don Héctor Islas López.

Muchos se preguntan el porqué la figura de Octavio no aparece en el Salón de la fama del beisbol mexicano como otros cronistas, incluso el mismo Héctor Islas López, considerados dos de los mejores cronistas a nivel nacional.

La respuesta podría ser que ambos nunca trabajaron en el beisbol de la Liga Mexicana donde se encuentran y se encontraba el grueso de los miembros del Comité Elector del Salón de la Fama por lo consiguiente no era mucho la popularidad por aquellos rumbos.

LAS CRÓNICAS DE ANTAÑO

A Octavio se puede decir, le tocó vivir la mejor época del beisbol cuando el aficionado se metía de lleno al rey de los deportes imaginando las jugadas en las voces de los cronistas ya que en aquellos tiempos la televisión no hacia su aparición.

Méritos grandes para aquellos viejos cronistas quienes por medio del micrófono hacían vibrar a los aficionados con aquellas épicas narraciones, especialmente de Octavio Ibarra quien nos transportaba imaginariamente al campo de beisbol, así cono aquellos grandes del micrófono como fueron Carlos Vázquez, Don Agustín De Valdez, Eduardo Valdez Vizcarra, Alfonso Araujo, Mario Thomas, Fausto Soto Silva entre otros.

Voces y mentes privilegiadas, ya que con solo su libro de anotaciones y su libreta de apuntes llegaban al estadio a narrar, su mente viajando a épocas especiales recordando a jugadores y partidos, muy diferente a los cronistas modernos quienes tienen todo para realizar sus trabajos con la tecnología la cual con solo aplastar una tecla ya les aparece toda una historia.

Héctor Islas López, otro grande de la crónica beisbolera de los Mochis. Formó una leyenda a lado de Octavio. Aquí en amena charla con Teodoro Higuera en el juego de estrellas celebrado en el EIA y donde fue homenajeado.

PRIMER CAMPEONATO DE CAÑEROS

Héctor Islas López aun no llegaba a la pelota costeña y en aquel primer título de los Cañeros de Los Mochis en la campaña 68-69 Octavio Ibarra hacia mancuerna con Rafael Reyes Nájera “Kid Alto” un mazatleco que también hizo historia pero en corto tiempo.

La estación XEHS de don Manuel Pérez Alvarado era la estación que transmitía aquellos encuentros de los Cañeros, era la primera ocasión en que la famosa XECF dejaba la crónica y la HS se hacía cargo de ahí que después del campeonato llegó el slogan de “La campeona”, esta estación es la misma que actualmente transmite los encuentros de los Cañeros en la actualidad ahora como la 90.9 “La Mejor”.

En aquellos tiempos era una delicia escuchar esa crónica y como dicen los viejos aficionados “nada como aquellas narraciones”,  llenas de emoción de energías y que te transportaba directamente al campo de juego. En aquella época nació un programa beisbolero que se convirtió en esencial en la vida de los aficionados. El Famoso “Mano a Mano Beisbolero” fundado por Octavio Ibarra Cota y “Kid” Alto, este programa se mantuvo en el aire por espacio de 48 años.

Después de aquel primer campeonato de los Cañeros, Reyes Nájera se mantuvo en los Mochis pero ya después la crónica la compartiría Octavio Ibarra con Héctor Islas López, dúo que se convirtió en un icono en nuestra ciudad y la nueva generación de aficionados tuvieron la oportunidad de gozar de una narración de ambos al circular un audio donde ambos daban a conocer aquel épico encuentro ante los Ostioneros de Guaymas con el batazo de Manuel “Wenchy” Ramírez y con Alvin Moore anotando la carrera que daba el segundo campeonato a los verdes.

Las voces de Octavio y Héctor se convirtieron en algo cotidiano entre la fanaticada, temporada tras temporada. Después de aquel campeonato del 84, la crónica de Cañeros cambio de estación y fue ahí donde ambos se desprendieron, era tanta la estimación sobre Octavio que incluso muchos aficionados hicieron una manifestación en el EIA ante los nuevos concesionarios, el resultado, fue que para la campaña siguiente Octavio volvería al micrófono a narrar.

Fueron los años 70 y los 80, casi obligada el tener el radio y escuchar esas crónicas y que sin temor a equivocarnos, fue de las mejores a nivel de la Costa del Pacífico. Desafortunadamente el tiempo se encargó de separarlos. Octavio y Héctor seguían en la crónica pero separados, ambos nos hicieron revivir aquellos grandes tiempos de los Cañeros de los Mochis, como aquel domingo de 1973 cuando Peter Bonfiels lanzaba juego sin hit y sin carrera contra los Yaquis de Obregón, aquellos juegos épicos, aquellos jonrones de Héctor Espino, de Tony Oliva, los batazos de Aurelio Rodríguez y sus grandes jugadas, era algo maravilloso escuchar la narración de aquellos juegos con esa dupla Ibarra-Islas.

Desafortunadamente, la enfermedad fue minando la salud de Octavio Ibarra hasta que ya no pudo más y esa mañana del 27 de junio de 2007 se anunciaba su fallecimiento.

Dos años antes, Octavio había perdido a su mama Doña Benita y ese fue un duro golpe que lo fue opacando más. Solo un año separaba a Octavio de Don Héctor Islas, de ahí que existió ese entendimiento entre ambos en esos años maravillosos del beisbol.

Héctor Islas López, a sus 82 años de edad, goza de buena salud, pero ya completamente retirado de la crónica. En la pasada serie final 2019 de la “Clemente” se hizo lo posible para volver a escuchar la narración de Héctor pero por algunas circunstancias no se logró el objetivo.