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ATLANTA – El legendario artista Sammy Davis Jr. y el entonces futuro presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, estuvieron entre los muchos dignatarios que llegaron con entusiasmo al Atlanta-Fulton County Stadium el 8 de abril de 1974. Vin Scully y un joven y prometedor reportero de televisión llamado Craig Sager estuvieron entre los innumerables miembros de los medios de comunicación que dijeron presente la noche en la que Hank Aaron destronó a Babe Ruth para convertirse en el Rey de los Jonrones del béisbol.
“Parecía que las únicas personas que no estaban allí eran el Presidente de los Estados Unidos y el Comisionado de Béisbol”, escribió Aaron en su autobiografía, If I Had a Hammer. “Nixon tenía una excusa bastante buena. El Congreso lo estaba presionando para producir las cintas de Watergate”.
Una disputa entre los Bravos y el entonces Comisionado Bowie Kuhn se había estado gestando durante esa primera semana de la temporada de 1974. Aaron igualó el récord de Ruth cuando conectó su cuadrangular número 714 en el Día Inaugural en Cincinnati. Kuhn insistió en que Aaron jugara en los últimos dos juegos de esa serie contra los Rojos. El propietario de Atlanta, Bill Bartholomay, y el manager Eddie Mathews estaban decididos a darle a Aaron la oportunidad de romper el récord en Atlanta.
No pasó mucho tiempo para que Aaron hiciera su trabajo. Después de recibir una base por bolas en su primera visita al plato en el primer choque de la campaña en Atlanta, Aaron llegó al plato en la cuarta entrada y envió un pitcheo de Al Downing sobre la cerca entre el jardín izquierdo y central del Atlanta-Fulton County Stadium.
Dusty Baker, Ralph Garr, Tom House y algunos de los otros compañeros de equipo de Aaron en 1974 estarán en el Truist Park la noche del lunes, cuando los Bravos celebrarán el 50mo aniversario del histórico cuadrangular número 715 de Aaron. House atrapó la pelota en el bullpen de Atlanta y luego se apresuró hacia el plato donde orgullosamente se la entregó a Aaron.
“Lo principal que teníamos que hacer era recoger todo después del juego”, dijo el veterano encargado del clubhouse y secretario de viajes de los Bravos, Bill Acree. “Conseguir la pelota. Conseguir el bate. Conseguir esto y aquello”.
Acree se unió al personal de mantenimiento de los Bravos cuando el equipo se mudó a Atlanta en 1966. Tenía 18 años cuando se convirtió en el encargado del clubhouse de visitantes en 1968. Cinco años después, estaba a cargo de ambos clubhouses. Pero a solicitud de Mathews en 1974, Acree dejó sus funciones en el clubhouse de visitantes y centró toda su atención en el clubhouse local.
Acree recopiló una cantidad de recuerdos durante sus 50 temporadas con los Bravos. Literalmente dejó su huella de muchas maneras. De hecho, si pones una luz negra en la pelota que Aaron bateó para su jonrón número 715, encontrarás la firma de Acree.
Una vez que Aaron alcanzó los 700 cuadrangulares durante la temporada de 1973, MLB comenzó a marcar las pelotas. Acree usaría tinta invisible para poner un número y su firma en al menos 12 pelotas antes de cada encuentro. Estas pelotas específicas solamente se ponían en juego cuando Aaron estaba en el plato.
“No era la pelota de los Bravos, no era la pelota del Salón de la Fama, era la pelota de Hank”, aseguró Acree. “Estaba asegurada por Lloyds de Londres y Hank viajó con ella durante muchos años. [La gente en Japón] estaba cautivada por Hank. No sé cuántos dólares increíbles gastaron para llevarlo allí y hacer giras con la pelota durante muchos años”.
Son muchos los grandes recuerdos que aún perduran para Acree y las innumerables personas que celebraron aquel momento icónico hace 50 años.
“Fue especial y aún lo es”, finalizó Acree.