El entrañable utilero, con más de 30 años en los diamantes, deja un legado imborrable en la historia del beisbol mexicano y en el corazón de la Nación Guinda.
EL IMPARCIAL
CULIACÁN, Sinaloa.— El mundo del beisbol mexicano perdió a uno de sus personajes más entrañables. Jesús Antonio “Tony” Romero Valenzuela, histórico bat boy de los Tomateros de Culiacán, falleció este 10 de mayo, dejando un legado de más de tres décadas de servicio en los diamantes nacionales.
Conocido por su carisma, dedicación y cercanía con jugadores, aficionados y cuerpos técnicos, “Tony” Romero fue mucho más que un utilero: fue un símbolo viviente del beisbol y de la pasión guinda.
La trayectoria de Tony Romero comenzó en 1990 con los Potros de Tijuana en la Liga Mexicana del Pacífico. Posteriormente, se integró a los Tomateros de Culiacán, equipo con el que trabajó durante 26 temporadas y con el que vivió algunos de los momentos más importantes en la historia reciente del club, como el campeonato de México en la Serie del Caribe 2002.
En la Liga Mexicana de Beisbol, inició su camino con los Olmecas de Tabasco en 1991. En 1997 se unió a los Sultanes de Monterrey y, dos años más tarde, llegó a los Saraperos de Saltillo, organización con la que fue testigo de los subcampeonatos de 2004 y 2005, además del título de 2009 y el bicampeonato de 2010.
Su figura vivirá en la memoria colectiva del beisbol mexicano como un ejemplo de dedicación, humildad y amor por el juego.
Descanse en paz, Tony.