EXPLOTAN LOS BATS DE TIGRES EN EL TRIUNFO ANTE SEATTLE

Gleyber Torres

Jason Beck/MLB.com

DETROIT — Por segundo año consecutivo, los Tigres entregarán la pelota a Tarik Skubal en un Juego 5 de ganar-o-morir de una Serie Divisional de la Liga Americana. El camino para llegar allí fue diferente a cualquier cosa que los aficionados de los Tigres hayan visto en mucho tiempo.

“Después de estar abajo 3-0, casi sentías que la temporada se acababa”, dijo Skubal después de que la victoria de los Tigres por 9-3 sobre los Marineros en el Juego 4 forzara un regreso al T-Mobile Park de Seattle. “Que nuestros peloteros lucharan y siguieran fajándose fue enorme para nosotros”.

o que parecía una sentencia de los Marineros en el Comerica Park la tarde del miércoles de repente dio un giro: una carrera impulsada, un cambio de lanzador, una carrera impulsada por un bateador emergente, un batazo que casi fue jonrón, un sencillo que empató el juego.

“Por alguna razón, batear es una de las cosas más contagiosas en este mundo”, comentó Dillon Dingler, cuyo doble remolcador en el quinto episodio ayudó a encender la ofensiva de tres carreras. “Fue genial ver cómo caían las fichas de dominó, ¿sabes?”.

Una vez que el primer cuadrangular de postemporada en la carrera de Riley Greene dio a los Tigres su primera ventaja desde el Juego 1 de la serie y encendió una entrada de cuatro carreras en el sexto capítulo, la última ficha del dominó cayó.

“Creemos”, dijo Greene. “Nunca estamos fuera del juego sin importar qué pase, y siempre creemos en nosotros mismos”.

Fue un resultado asombroso, opuesto a la primera mitad del partido. Mientras el mánager A.J. Hinch rotaba lanzadores – primero sacando a Casey Mize después de tres entradas, luego reemplazando a Tyler Holton con Kyle Finnegan después de tres bateadores y tres corredores en base en el cuarto episodio – el ruido más fuerte de la multitud eran los vítores de la sección de familiares de los Marineros. La fanaticada de los Tigres, que había soportado ocho derrotas consecutivas en casa desde el 7 de septiembre, recurrió a los abucheos.

Hinch recurrió a todas sus cartas del bullpen para intentar mantener a los Tigres en el juego. Esta vez no fue para tratar de darle la pelota a Will Vest al final. Fue para darle la bola a Skubal el viernes.

“La mejor oportunidad para nosotros no solo de mantener este juego cerrado, sino de ganarlo”, dijo Hinch, “era continuar poniéndoles diferentes lanzadores. Ha sido una estrategia exitosa para nosotros. Casey definitivamente podría haber salido [para el cuarto inning], pero cuando el juego nos llevó a Josh Naylor [el primera base de los Marineros] y teníamos a todo el bullpen… era todos manos a la obra. Así que la forma agresiva de llevar el bullpen fue para intentar que vieran a muchos pitchers diferentes”.

Los movimientos de Hinch también compraron tiempo para que sus bateadores despertaran. Les tomó un tiempo.

Una vez que Cal Raleigh conectó un sencillo para impulsar al cubano Randy Arozarena para que los Marineros tomaran ventaja de 3-0 en el quinto acto, ni siquiera el cántico “Mr. Brightside” entre innings pudo animar a los aficionados de los Tigres.