ESTEBAN LOAIZA SE DECLARA NO CULPABLE

(Cynthia López/Univision) Esteban Loaiza , viudo de la ‘diva de la banda’ Jenni Rivera, y arrestado el pasado viernes por posesión de 44 libras de cocaína, se presentó este miércoles a la vista de presentación de cargos en su contra, donde la jueza Keri G. Katz elevó la fianza impuesta al exlanzador a 250,000 dólares.

En una audiencia breve, que no alcanzó los cinco minutos, Katz registró una alegación de no culpablidad en los tres cargos de narcotráfico que encara el expelotero y le impuso una condición. De pagar la fianza, el hombre de 46 años tendrá que solicitar permiso al juzgado para salir de San Diego.
Durante el proceso judicial, realizado en la Corte Superior del Condado Sur, en Chula Vista, San Diego, Loaiza -quien se mantuvo serio todo el tiempo- no habló. Vestido con uniforme crema de confinado y esposado, siguió con atención los procedimientos en la pequeña sala y confió en su abogada de oficio la declaración de no culpabilidad.

Luego de girarse para realizar un gesto a los familiares, que se encontraban en el lugar, Loaiza fue dirigido por alguaciles hasta perderse por la puerta del recinto, sin quedar claro si prestará la fianza.

El ministerio público, representado por el fiscal Ryan Karkenny, imputa cargos estatales por posesión de sobre 20 kilogramos (44 libras) de cocaína, posesión de cocaína con intención de venderla y transportación de sustancias ilícitas.
Inicialmente, las autoridades exigieron una fianza de 200,000 dólares, pero el fiscal solicitó un aumento al asegurar que el expelotero, nacido en Tijuana, México, suponía un riesgo de fuga.

Para convencer a la jueza de acceder a su petición, Karkenny resaltó que Loaiza tenía recursos y exposición, y que según sus fuentes, estaba residiendo en Tijuana.

En uno de los pocos datos nuevos revelados por la fiscalía, señaló que el día de su arresto Loaiza había cruzado la frontera entre México y Estados Unidos.

Concluída la audiencia, el exlanzador regresaría al South Bay Detention Facility contiguo al juzgado, una cárcel con capacidad para 386 reclusos, que se ha convertido en su morada desde que oficiales de la Unidad de Supresión de Narcotráfico en la Frontera lo arrestaron el viernes pasado.
Pero tendrá que regresar al juzgado el próximo 14 de marzo para una vista de seguimiento. La vista preliminar quedó pautada para el 24 de abril.

Durante el proceso judicial no trascendieron mayores detalles de los previamente divulgados en un escueto comunicado de prensa por la policía de San Diego- sobre la intervención que desembocó en la detención y arresto del hombre que estuvo casado dos años con la intérprete de ‘Sufriendo a solas’.

El expelotero estaba en la mirilla de las autoridades cuando lo arrestaron poco después de salir de una residencia, que alquila desde inicios de este mes en la ciudad de Imperial Beach, al suroeste de San Diego. Manejaba una camioneta que los agentes investigadores sospechaban se estaba usando para el trasiego de drogas y por esa razón, cuando el viernes 9 de febrero no detuvo la Mercedes Benz 450 ante una señal de pare, un agente de la Unidad de Supresión de Narcotráfico en la Frontera lo detuvo de inmediato.

Por alguna razón que aún no ha trascendido públicamente, los oficiales registraron el vehículo, modelo 2010, descubriendo un “compartimiento sofisticado” y que esta tarde el fiscal denominó como una «trampa de drogas» que se utiliza para esconder contrabando.
La Oficina del Alguacil de San Diego no identificó el lugar del arresto, ni qué material -si alguno- apareció en esa caja sospechosa o en el vehículo. Solo mencionó que “la evidencia” obtenida en la intervención de tránsito, sirvió para solicitar una orden de registro y allanamiento de la casa del expelotero, que ganó más de 43 millones de dólares en una carrera que se extendió 14 temporadas. En algún lugar de esa residencia, que ubica a 100 pies (30 metros) de una escuela elemental, las autoridades encontraron 44 libras (20 kilogramos) de lo que alegan es cocaína, con un valor estimado en el mercado de 500,000 dólares.

En la antesala a la audiencia de esta tarde, la fiscalía de San Diego reveló -a través de su portavoz Jesse Navarro- que el hombre fue entrevistado por los oficiales que lo detuvieron y que esa información, junto al hallazgo en el “compartimiento secreto” justificaron la orden de cateo. Un juez emite una orden de registro solo cuando existen sospechas fundadas de que en un lugar en específico puedan encontrarse pruebas de una actividad ilícita.

De ser hallado culpable, Esteban Loaiza podría enfrentar una condena que oscila entre 15 a 20 años de prisión.