“Estrellas Fugaces”
Cada año llegan jóvenes prospectos a Grandes Ligas con etiqueta de que no pueden fallar, chamacos que desde antes de su debut ya tenían muchos reflectores como Stephen Strasburgh, Mike Trout, Bryce Harper, Kris Bryant, Javier Baez, Gleyber Torres, Shohei Othani y más recientemente los juniors Ronald Acuña, Fernando Tatis y Vladimir Guerrero.
Hay otros jugadores que sin tanto ruido llegan a las Mayores y aunque no tuvieron el privilegio de ser seleccionados en rondas importantes, si lograron cimentar solidas trayectorias, uno de los casos más notables es el de Albert Pujols quien fue tomado en la ronda 13 por Cardenales de San Luis en el Draft de 1999.
Algunos peloteros luego de sus primeras temporadas impresionan a tal grado que sus equipos les dan importantes extensiones de contrato para que se queden mucho tiempo con ellos; otros llegado el momento de ir a la Agencia Libre salen al mercado y se exponen al mejor postor en busca de ver quién paga más por sus servicios.
Algo que ocurre con frecuencia en la era de los megacontratos, es que muchos de estos jugadores bajan notablemente el rendimiento luego de firmar un gran acuerdo; lo curioso es que varios de ellos siguen siendo jóvenes y cuando muchos esperarían que vinieran sus mejores años, de golpe y porrazo su nivel se viene abajo y terminan sus carreras de manera apresurada quedándole a deber a las franquicias que pagaron millonadas por ellos.
Casos como estos son frecuentes y entre los más notables del nuevo milenio tenemos a:
Tim Lincecum:
Este flacucho lanzador derecho llego a Grandes Libres como locomotora, en su debut el 2007 a los 23 años mostro que iba dar bastante de que hablar. Luego de sus primeras 4 campañas ya presumía dos trofeos “Cy Young”(único con premios de este tipo en primeros 3 años), 3 lideratos de ponches consecutivos y se presentaba como uno de los mejores lanzadores en las Grandes Ligas. Los Gigantes fascinados por sus actuaciones le dieron millonarias extensiones antes de que fuera elegible para la agencia libre, llegando a pagarle 97.7 MDD entre el 2010 y el 2015. Aunque el 2011 fue un año con marca perdedora(13-14) su efectividad fue buena(2.64) y rebaso la barrera de los 200 ponches por cuarta ocasión consecutiva(230). Sin embargo del 2012 en adelante y con solo 28 años ya nunca volvió a ser el mismo. El 2015 termino su contrato con San Francisco, para el año siguiente recibió una oportunidad con Angelinos pero estuvo fatal. El 2018 trato de volver al Big Show con Texas pero no hizo el equipo.
Joe Mauer: Este fantástico receptor fue la primera selección de los Mellizos en el Draft del 2001, en sus primeras diez temporadas en siete ocasiones conecto arriba de .300, conquistando 3 títulos de bateo en este periodo. El 2009 fue MVP de la Liga Americana. En el 2010 firmo el mejor contrato para un catcher(184MDD por 8 años) pero misteriosamente sin lesión de por medio su nivel empezó a decaer a partir de los 31 años. Intrigados por su baja de juego, cada vez estuvo menos tiempo detrás del plato para cuidarlo y aprovechar su bateo, cambiando de rol a bateador designado y primera base, pero sus números siguieron bajando drasticamante. El 2018 al concluir su convenio y con solo 35 años opto por el retiro.
Carl Crawford: Fue la segunda selección global del draft de 1999(el mismo de Albert Pujols). Tampa Bay salió muy beneficiado con este jugador de 4 herramientas(le faltaba más poder). Especialista en triples y estafas, entre el 2003 y el 2010 encabezo la Liga Americana cuatro ocasiones respectivamente en esos departamentos. Convertido en un estelar el 2011 se fue a Boston por 142MDD por los próximos siete años. Su paso con Medias Rojas fue terrorífico, antes de salir de Tampa conecto para .307 con 19 jonrones, 90 carreras producidas(sus mejores marcas en jonrones e impulsadas) y 47 robos de base, mientras que en su debut con los “patirojos” conecto para .255 con 11 jonrones, 54 remolcadas y 18 estafas. Esto fue el preludio de lo que venía. El 2013 los Redsox le perdieron la fe enviándolo a los Dodgers donde siguió en caída libre. Tan mal le fue en Los Ángeles que lo liberaron el 2016 luego de batear apenas .185 en 40 juegos teniendo que pagarle sin jugar el resto de su contrato. Con apenas 34 años, Crawford no volvió a MLB y a la fecha se considera como uno de los peores contratos otorgados a un pelotero donde las lesiones no fueron determinantes.
Barry Zito:
El 29 de diciembre del 2006 los Gigantes de San Francisco sorprendieron al mundo del Béisbol al otorgar a Barry Zito el contrato más grande(hasta ese momento) para a un lanzador. El zurdo recibió 124MDD por siete campañas. En su paso de siete temporadas con Oakland dejo marca de 106-63 con efectividad de 3.58. Dueño de una de las curvas más letales y con tan solo 28 años, todo indicaba que lo mejor estaba por venir, sin embargo su cambio de Bahía, resulto una pesadilla acumulando cinco temporadas consecutivas con marca perdedora y altas efectividades. El 2012 pareció resurgir con 15-8 y 4.26, pero al año siguiente regreso a las andadas. El caso de Zito fue demasiado llamativo ya que aparentemente no estaba lesionado como lo demuestra que en su estancia en San Francisco tuvo seis campañas con 30 o más aperturas, dejando marca de 63-86 con 4.62 de porcentaje de carreras limpias. El 2013 con récord de 4-11 y 5.74 termino su histórico contrato. El 2014 no jugo y el 2015 regreso con Atléticos donde termino dando lastima(0-0 y 10.29 en 2 aperturas).
Otros casos recordados son los de: Vernon Wells, Chone Figgins, Jason Werth, Ryan Howard, Hanley Ramírez y Chris Davis. Entre los activos que van por este caminito están Buster Posey, Ryan Braun y Jason Heyward.
Se entiende que un jugador que ande en 34 o 35 años empiece a bajar su rendimiento, es normal, pero que hombres en plenitud y aparentemente sanos caigan en picada es intrigante. Sin dudas el compromiso que genera firmar un gran contrato puede causar estragos en el aspecto mental del individuo y desgaste en el físico al tratar de hacer más de lo que les es posible. Cuando te conviertes en multimillonario ya no es gracia tener buenos números, se vuelve una obligación desquitar el sueldo con creces. No nos queda duda que algunos jugadores que ya aseguraron su futuro económico se relajan e incluso se llegan a “tirar a la hamaca”(recordar a Bobby Bonilla) pero muchos otros simplemente pareciera no pueden con el paquete de lidiar con ese grado de presión y pasan de la gloria al infierno.
Dicen que el dinero compra todo, pero al ver lo que les ha pasado a estos elementos que en la primera parte de sus carreras llevaban paso para ingresar al Salón de la Fama, nos preguntamos cómo se sentirán cuando hacen una retrospectiva de lo que fue sus carreras y si bien tienen dinero a manos llenas, lejos quedaron de la ilusión de trascender y verse algún día en el Nicho de los Inmortales. Nos atrevemos a pensar que deben de tener no una espina, sino una espada clavada en el corazón, por lo que pudo ser y no fue…
Que tengan un excelente día.
Hermosillo, Sonora a 1 de agosto del 2020
Dr. Tomas Alonso López Ríos
Director de Solo Béisbol México
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