El novato sinaloense Julio César Urías sigue levantando comentarios. Dave Roberts no lo descarta como abridor en la postemporada.
WASHINGTON –( Manolo Hernández Douen / LasMayores.com). Tan valioso ha sido el paracorto Corey Seager para los Dodgers de Los Angeles que el dirigente de la novena, Dave Roberts, ni siquiera se atreve a pensar en lo que sería de los campeones del Oeste de la Liga Nacional de no contar en el 2016 con el fuerte candidato al Premio Novato del Año del Viejo Circuito.
Pero Seager ya venía embalado desde fines del 2015 y se le conceptuaba de antemano como una posible figura por muchos años en el arsenal azul. En contraste, un novel más joven todavía salió prácticamente de muy lejos en el horizonte para ser un pelotero bien importante en el desenlace del 2016 para los pupilos de Roberts.
Se trata del zurdo mexicano Julio César Urías, que a paso agigantado se ha convertido en una pieza versátil y bien importante del cuerpo de lanzadores de los Dodgers con miras a la postemporada, tras una campaña en la que se esperaba, cuando mucho, que apenas se tomase un par de cafecitos en la cumbre del diamante.
«Julio superó todas mis expectativas», proclamó Roberts, a su vez un dirigente novato en la meca de la pelota. «Son dos cosas diferentes. Jugar a diario y ser el paracorto de un equipo contendiente es bien arduo, y más si, por ser tu mejor bateador, cada scout de avanzada te observa fijamente y aun así no solamente sobrevives sino que de paso brillas.
«Ser [Urías] un poco más joven y tener que ser puesto en situaciones inconsistentes todo el año, es algo bien duro», conceptuó el ex jugador de cuadro del zurdo de 20 años de edad. «Lo subimos, lo bajamos, lo enviamos un poco al bullpen, lo usamos como abridor, le dimos descanso adicional y por encima de todo cumplió con creces cada vez que subió a la lomita. Hacer todo eso es algo bien difícil.
«Yo ni esperaba ver a Julio este año, tal vez si acaso hasta el mes de septiembre», admitió el manejador de ascendencia japonesa. «Por lo que logró, por todos los innings valiosos que nos brindó, ciertamente ha sido una agradable sorpresa».
Y la cabalgata de ensueño de Urías por el apasionante mundo del diamante en el 2016 pudiera tener aún repercusiones más significativas. Imagínese a la promesa mexicana convertida en realidad subiéndose a la lomita para abrir un juego en la postemporada, como lo hiciera hace tantos años su glorioso paisano Fernando Valenzuela.
Existe la posibilidad de que Roberts use tres lanzadores abridores en la Serie Divisional frente a los Nacionales que arranca el viernes en Washington, pero de ciertas cosas pudiera depender si cambia de rumbo para un posible cuarto desafío. Y Urías pudiera ser parte de esos posibles planes, si el dirigente opta por no usar a Kershaw en esa cita.
«Todo va a depender de cómo se desenvuelva el primer partido», expresó Roberts, cuyos abridores para los Juegos Uno, Dos y Tres van a ser el fenomenal zurdo Clayton Kershaw, el también izquierdo Rich Hill y el derecho japonés Kenta Maeda. «Julio lo ha hecho todo para ponerse en esa posición» [de ser un posible candidato a ese rol].
Cualquier otro serpentinero pudiera deambular por los pasillos con amargura dibujada en el rostro por esa casi constante incertidumbre de no saber en qué papel va a ayudar a su equipo, pero ese no es el caso de Urías, un pitcher que es un hueso duro de roer para los bateadores rivales en la lomita, aunque fuera de ella es un caballeroso jovencito que le da la mano a sus interlocutores y saluda con un respetuoso «Señor» a los que obviamente tienen más edad que el nativo de Sinaloa, México.
«Que te sigan tomando en cuenta es por algo y la verdad es que hay que mantenerse preparado para todo», comentó el serpentinero que dividió la contienda entre Triple ‘A’ y la Gran Carpa. «Lo que venga va a ser bueno, Hay que acostumbrarse a lo que decida el equipo en cualquier rol. Hay que seguir trabajando para ayudar en lo que más se pueda.
«La verdad es que lo tomo como un año bueno», describió el novato que tuvo registro de 5-1 y efectividad de 1.40 en la AAA y de 5-2 con excelente promedio de carreras limpias permitidas de 3.38 en 18 encuentros –15 aperturas — en las Grandes Ligas. «Le doy gracias a Dios y a los Dodgers por la oportunidad que me han dado aquí arriba. La verdad es que estoy bien contento».
Aunque Urías disfruta como muchacho con juguete nuevo en todo el sentido de la palabra con su sonriente 2016, no tiene que haber sido nada fácil perdurar la incógnita de no saber a ciencia cierta lo que le podía esperar a cada vuelta de la esquina.
«En lo de los innings [trabajados] es lo que han tenido más cuidado», analizó el lanzador azteca. «Todo el año me han llevado de manera excelente.
«Se aprenden muchas cosas acá en las Grandes Ligas, desde la rutina para trabajar, que cambia de manera particular para cada uno, a sacar los outs lo cual es un poquito diferente que en las menores», complementó el debutante en la cumbre del diamante el pasado 27 de mayo.
No obstante, esa experiencia ha dejado el camino preparado para un año del 2017 en el cual pudiera ser considerado como un abridor a tiempo completo por los Dodgers.
«Pienso que sí, esas son las metas para el año que viene», opinó la gran promesa convertida en brillante realidad. «Por ahora estamos enfocados en terminar fuerte y saludable. Con el favor de Dios, vamos a estar por aquí todo el año [2017]».
Defender el Tricolor mexicano en el venidero Clásico Mundial de Béisbol pudiera ser una meta cuesta arriba debido a las posibles trabas que a lo mejor enfrentaría por ser tan joven y por haber trabajado tanto en la actual contienda de las Grandes Ligas, pero esa posibilidad sería acariciada con orgullo por Julio César si se le presenta.
«Tal vez, tal vez, siempre y cuando [los Dodgers] me lo permitan y que el equipo de México me tenga en su lista para que también podamos estar agradecidos por esa oportunidad», concluyó el número 7 de la Tropa Blanquiazul.