El mejor bateador que ha dado la pelota Mexicana.
Héctor Espino González nació un 6 de Junio de 1939, si viviera, hoy estuviera cumpliendo 78 años de edad. Espino fue un grande de principio a fin, un referente histórico cuando se habla de bateo de poder, un cañonero que definía juegos, un toletero que causaba estragos en los rivales, al grado de recibir una base intencional con las bases llenas.
Es el más grande bateador mexicano de todos los tiempos, reconocido por todos, incluso comparado como tipos como Babe Ruth (USA) y Sadaharu Oh (Japón). Fue Espino un bateador que dejó huella, alguien que dejó una historia incomparable, con récords ofensivos impresionantes, que hablan de la grandeza de su bateo.
Su debut en la histórica Liga Invernal de Sonora fue en 1960 con los Yaquis de Obregón con quienes sólo estuvo algunos juegos, el destino quiso que su historia se escribiera en la pelota invernal con los Naranjeros de Hermosillo.
En esa temporada 1960, era apenas la tercera temporada de la Liga Invernal de Sonora y Espino terminó bateando .380 con 10 jonrones y 38 carreras impulsadas, números impresionantes para un debutante en lo que ahora conocemos como Liga Mexicana del Pacífico.
En 1976, los Naranjeros de Hermosillo le pusieron el nombre de Héctor Espino a su estadio, que hasta ese entonces, era conocido como “El Coloso de Choyal”, honor que la directiva de la capital de Sonora, le brindó al apodado “Superman de Chihuahua” reconociendo el aporte de este inolvidable toletero que marcó la historia en las décadas de los 60s y 70s.
En la Liga Mexicana del Pacífico posee más de 50 marcas que están grabadas en la Guía Oficial, récords que son prácticamente imborrables: es el número uno en más temporadas jugadas para un sólo club, los Naranjeros, con 24. Más apariciones al plato en todos los tiempos con 6671 y más veces al bate con 5544. Más temporadas siendo líder de hits dobles con tres y más años siendo líder de jonrones con siete, con tres de ellos consecutivas marcando otro récord.
Un récord incomparable son: sus 13 títulos de bateo aparecen como un récord imbatible, 6 de ellos consecutivos. Su average de .415 milésimas logrado en la temporada 1972-73 es el más alto de todos los tiempos. Tiene el récord de más temporadas bateando sobre .300 con 18, así como más años consecutivos sobre .300 con doce. En tres ocasiones obtuvo la triple corona de bateo.
Tiene la marca de más bases obtenidas con hits con 3007. Conectó 572 extrabases otro récord imponente. Logró 7 campeonatos de carreras impulsadas, 3 de ellas consecutivas, en una de ellas produjo 83 carreras, marcas simplemente impresionantes. Es líder de bases por bolas recibidas con 940, bases por bolas intencionales con 250, 9 temporadas fue líder en bases intencionales recibidas, 4 de ellas consecutivas.
Desde la temporada 2016-2017, los directivos de los 8 equipos que conforman la liga, formalizaron que el 21 de Octubre se celebre en todas las plazas “El Día de Héctor Espino”, sumando este reconocimiento al número 21 retirado en todos los estadios. Este homenaje se brindará cada 21 de Octubre.
En la historia del béisbol mexicano, no ha existido otro jugador que lograra lo que Espino hizo, poniendo desde su llegada los reflectores en su figura, un jugador emblemático que debe servir como ejemplo para todos los jugadores de béisbol, ya que fue sobresaliente en todas las ligas y equipos en los que participó a lo largo de su carrera como pelotero.
Héctor Espino fue un bateador fuera de lo tradicional, que mostraba su poder con un movimiento rápido, como rápido fue su ascenso y su nombre fue conocido en todos los rincones de México. Su legado se escribió con letras doradas en el béisbol mexicano, un monstruo con el madero en mano que forjó su leyenda a base de cañonazos.
Fue la madrugada del 7 de septiembre de 1997 en que el béisbol se llenó de luto, un infarto dominó al más grande bateador de todos los tiempos, la leyenda había muerto y con el moría una parte del béisbol en México, pero dejaba sus números, estadísticas que hablan de la clase y la grandeza del personaje que fue Héctor Espino González.