FELIPE VÁZQUEZ PODRÍA HABER HECHO SU ÚLTIMO PITCHEO EN GL

El Venezolano en graves problemas acusado de seis cargos

Enrique Rojas

El pasado jueves 12 de septiembre, el cerrador de los Pittsburgh Pirates embasó a los dos primeros bateadores que enfrentó en la novena entrada y luego procedió a ponchar a Austin Slater y Mike Yastrzemski y dominó a Buster Posey con rodado a la intermedia para completar el triunfo por 4-2 sobre los San Francisco Giants en el Oracle Park de la ciudad californiana.

Con 28 lanzamientos, el zurdo Felipe Vázquez, uno de los mejores relevistas de la actualidad en todo el beisbol se anotó su salvamento 28 de la temporada, bajó su promedio de carreras limpias a 1.65 y llegó a 90 ponches en 60.0 entradas.

Desafortunadamente, la aparición número 56 de 2019 y la 353 de su promisoria carrera de cinco años con los Washington Nationals y Pittsburgh pudo haber sido la última del lanzador venezolano en Grandes Ligas.

Vázquez, de 28 años, fue arrestado el martes y acusado de seis cargos en Pennsylvania y Florida, incluidos varios delitos graves, relacionados con su contacto por varios años con una niña que actualmente tiene 15 años de edad.

Un juez le negó la libertad bajo fianza en Pennsylvania, donde los cargos incluyen agresión sexual, contacto ilegal con un menor, corrupción de un menor y agresión indecente. En Florida, donde ahora viven la víctima y su familia, el lanzador enfrenta cargos por solicitar sexo a una menor de edad, por conducta sexual ilegal usando una computadora o dispositivo y entregar material obsceno a un menor.

La organización de los Piratas informó de la situación a la oficina del comisionado de las Grandes Ligas (MLB), que, siguiendo el protocolo en estos casos, colocó a Vázquez en la lista de ausencia administrativa, movimiento que permite inactivar al individuo y seguir con el pago de su salario, que esta temporada asciende a $375,000 quincenales.

La MLB y la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas (MLBPA) acordaron en 2015 una política de “Violencia Doméstica, Asalto Sexual y Abuso Infantíl” que otorga al comisionado Rob Manfred el poder de decidir la disciplina apropiada en cada violación, de acuerdo a la gravedad de la misma. Al considerar que Vázquez está en manos de la justicia ordinaria, lo más lógico es que Manfred espere el desarrollo de los acontecimientos antes de actuar en consecuencia.

“Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en un juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias a su defensa”, reza el párrafo 1 del artículo 11 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, en Paris, Francia.

Legalmente, Vázquez es un acusado que podría ser declarado inocente o culpable de todos o algunos de los cargos que enfrenta en dos estados de la unión americana. Además, es miembro del sindicato de trabajadores más poderoso del mundo y, como si fuera necesario mencionarlo, tendrá a su disposición a los mejores abogados disponibles para este tipo de casos, sin embargo, existe un axioma jurídico que reza, “a confesión de parte, relevo de pruebas”, que es el que podría pesar más en contra del futuro del venezolano en Grandes Ligas, incluso si saliera airoso en la gran batalla legal que le espera.

Durante el interrogatorio al que fue sometido por la policía tras su arresto, Vázquez admitió que intentó tener relaciones sexuales con una niña de 13 años y que le envió fotografías desnudo y videos de él en actos sexuales, según el resumen de la denuncia penal publicada el miércoles en el condado de Westmoreland.

El documento narra que en agosto de 2017, cuando la niña estaba cerca de cumplir los 14 años de edad, Vázquez condujo su carro Mustang rojo por una hora hasta la casa de la adolescente en Scottdale. Según la denuncia, la niña dijo a la policía que se metió en el lado del pasajero y dijo que Vázquez la puso en su regazo, en el lado del conductor del auto, le quitó los pantalones y colocó sus genitales encima de los de la menor.

En su entrevista con la policía el martes, Vázquez calificó el incidente de «sexo, pero no realmente», según la denuncia, porque no podía completar el acto sexual. Básicamente, en la mente de Vázquez, como no pudo penetrar por completo a la menor, entonces no tuvo sexo con la víctima. Tampoco fue raro para él pasarse dos años en una relación inverosímil con una niña menor de 15 años.

Incluso, si los abogados pudieran diseñar la madre de las defensas de todos los tiempos y conseguir que su cliente quede libre de todos los cargos, tanto en Pennsylvania como en Florida, es poco probable que Vázquez pueda liberarse de la condena moral y volver a jugar en la MLB después de su declaración.

Siendo justos y sinceros, ¿quién culparía a los Pirates, a la ciudad de Pittsburgh, a cualquier otro equipo, a cualquier otra ciudad y a todos los trabajadores del beisbol por no querer estar relacionados a Vázquez?; ¿por qué se arriesgarían los Pirates o cualquiera otra franquicia al daño de relaciones públicas que significaría cargar con un individuo que confesó que intentó penetrar a una niña de 13 años a la que un año aún le enviaba material pornográfico?

Es claro que el beneficio no justificaría el riesgo, incluso si Vázquez lograra tener una carrera del tipo que llevan al Salón de la Fama.

Por supuesto, no es la primera vez que un jugador activo de las Mayores es acusado de solicitar o tener relaciones íntimas con menores de edad en Estados Unidos, enfrenta legalmente el asunto y luego prosigue su carrera.

En 1989, el dominicano Luis Polonia, quien para entonces jugaba con los New York Yankees, fue encontrado culpable de tener una relación íntima con una menor de 15 años y condenado a 60 días de cárcel y $1,500 de multa en una corte de Milwaukee.

Polonia jugaría nueve temporadas más en las Mayores los siguientes 11 años.

A diferencia del caso de Vázquez, tanto Polonia como la víctima declararon que ella había asegurado al pelotero que era mayor de edad, que tenía 19 años, lo que no es exactamente una excusa válida, pero cambió un poco el contexto de los hechos.

Más importante aún, los recientes movimientos en contra del abuso sexual y el comportamiento misógino han cambiado radicalmente la forma en que la sociedad de Estados Unidos y otras partes del mundo reacciona a este tipo de acontecimientos.

Una reacción en cadena liderada por el movimiento #MeToo en las redes sociales y los medios de comunicación contra el poderoso productor de cine y ejecutivo Harvey Weinstein convirtió en mundial la lucha contra el acoso sexual. Es evidente que 2019 no es lo mismo que 1989 para algunas cosas.

Incluso si Felipe Vázquez se zafa de todos los cargos legales en su contra, sus declaraciones a la policía y los tiempos que vivimos forman un panorama que hace ver poco probable que vuelva a lanzar algún día en Grandes Ligas.