DESDE LA BUTACA

                   “El Gran Yogi Berra”

Hace tiempo en una reunión con unos buenos amigos muy beisboleros, lanzamos una pregunta al aire, les pedimos que no lo pensaran mucho y que solamente contestaran el nombre que se les viniera a la mente: ¿Quién es el catcher con más Campeonatos, Juegos de Estrellas y trofeos MVP? 3 compañeros contestaron Johnny Bench, otro Gary Carter y el último Iván Rodríguez. Los 5 fallaron, pero cuando les preguntamos ¿Saben quién patento las siguientes frases?: ¡Realmente yo no dije lo que dije!, ¡Ni una cosa ni otra sino todo lo contrario! Y para nuestro gusto la más celebre de todas y que se puede aplicar a muchos aspectos de la vida general ¡Esto no se acaba hasta que se acaba!, de inmediato contestaron: Yogi Berra.

De esta forma podemos resumir el impacto que genero entre la gente de diferentes culturas y épocas el particular punto de vista de este ícono de los Yankees de Nueva York. A 75 años de su debut en la Gran Carpa es justo y necesario hacer un recuento de su impresionante carrera.

Lawrence Peter Berra nació el 12 de mayo de 1925 en San Luis Missouri, hijo de padres inmigrantes italianos. Un amigo de la infancia al compararlo con un encantador de serpientes hindú (conocidos como Yogis) empezó a nombrarlo de esa forma y fue el apodo con el que paso a la fama, aunque muchos piensan que su sobrenombre viene del Oso Yogi lo cierto es que Berra ya era Yogi antes de que Hanna-Barbera inventara a su personaje de dibujos animados.

Fue firmado por los Yankees en 1942 pero su participación en la Segunda Guerra Mundial retraso su debut en Grandes Ligas hasta 1946, donde compartió la posición de cátcher y jugo también los jardines, en 1949 se convirtió en el titular detrás del plato.

Berra fue un magnifico apoyo para sus pitchers ya que los dirigía magistralmente y sabía lidiar con sus diferentes temperamentos. Una vez su manager por 12 temporadas Casey Stangel dijo: “Soy muy afortunado de tener a Yogi, pero más afortunados son los pitchers que le lanzan”. Su defensiva fue de lo mejor, bloqueaba el home como pocos y su brazo era un cañón con el cual fusilo al 49% de los corredores que se aventuraron a robarle una base. Iván Rodríguez(46%), Johnny Bench(43%) y Carlton Fisk(34%) están por debajo de él en este importante departamento. Además era muy travieso, hablaba constantemente con los bateadores a los que sacaba de concentración y que decir de la forma en que lidiaba con los ampayers y sus marcaciones. Yogi fue un excelente defensivo, pero también fue muy buen bateador, se paraba a la zurda, siendo especialista en conectar bolas malas, varias veces emulando a un golfista levanto pelotas al ras del suelo y las puso a volar atrás de la barda, al ser cuestionado por esto, contesto: “Si se pueden conectar son bolas buenas”. Hombre fuerte y robusto conecto 358 cuadrangulares en su carrera, se trajo al plato 1430 compañeros, bateo un excelente .285 de porcentaje y era muy difícil de ponchar, en 1950 recibió solo 12 ponches en 656 turnos. Entre 1950 y 1956 estuvo en el top-5 en la votaciones al “Jugador Más Valioso” obteniendo 3 trofeos(1951,’54-’55), asistió a 18 juegos de estrellas y tiene uno de los mejores porcentajes de fildeo para un receptor con .989.  A él se atribuye la costumbre de “mascotear” con el dedo índice fuera del guante.

Pero si tuvo buenas estadísticas en temporada regular, en postemporada es impresionante al ser el  máximo ganador de Series Mundiales con 10(participo en 14), además líder en hits conectados con 71 y juegos en acción con 75. En 1956 recibió los pitcheos de Don Larsen en el único juego perfecto en la historia de los Clásicos de Otoño.

Después de 18 años al concluir la temporada de 1963, su etapa como jugador con los “Bombarderos” había llegado a su fin y en 1964 tomo las riendas del equipo llegando a la Serie Mundial la cual  perdieron ante los Cardenales de San Luís en 7 juegos. Para 1965 el “gusanito del juego” lo volvió a picar por lo que nuevamente se puso los arreos y apareció en 4 juegos con los Mets con quienes se retiró. Un año después se convirtió en coach de los Metropolitanos donde se desempeñó por 7 campañas hasta que en 1972 lo nombraron manager. En 1973 los llevo hasta la Serie Mundial cayendo en 7 encuentros contra los Atléticos. Su romance con los Mets termino ya avanzada la temporada de 1975. Para 1976 regreso a sus Yankees como coach y estuvo en el bicampeonato del 77’-78’, reforzando su fama de “Amuleto” tras estos títulos.

En 1984 tomo nuevamente el timón y repitió para 1985, pero la impaciencia del propietario George Stainbrenner se agotó después de 16 juegos y decidió despedirlo, esto provoco un distanciamiento con el equipo de sus amores por alrededor de 15 años, siguiendo su carrera de coach con Houston hasta 1989.

En 1998 un grupo de admiradores inauguraron un Museo en su honor en New Jersey, un recinto con gran cantidad de sus fotos y artículos.  Al preguntarle sobre este suceso con su característico sentido del humor contesto: “Es un honor tener un museo con tu nombre, porque generalmente cuando te construyen uno, ya estás muerto”.

Por fin en 1999 Berra volvió a pisar el terreno del Yankee Stadium, ya que el 18 de julio se instituyo como el “Yogi Berra Day”. Aquel día ante una multitud pletórica le recibió la bola a Don Larsen en una remembranza de aquel histórico juego perfecto de 1956.

Yogi fue un jugador de conjunto que aporto mucho al Béisbol en un tiempo de postguerra donde la gente veía a sus ídolos como verdaderos héroes, Berra fue un guerrero en los campos de batalla y también dentro de los Diamantes Beisboleros. En la época de Oro del Béisbol, no solo fue pelotero “Clutch” sino que fue el motor de una maquinaria implacable para jugar pelota que lo llevo a ganar todo lo que estaba a su alcance. En 1972 fue inducido al “Salón de la Fama” y ese mismo año su # 8 fue retirado por los “Mulos” y su estatua reposa en el recinto de los monumentos a los grandes Yankees de todos los tiempos. El 2015 a los 90 años de edad luego de vivir una vida plena, falleció por causas naturales.

El legado de Yogi Berra como Beisbolista es muy grande, está considerado entre los mejores 100 de la historia de este deporte, pero su impacto va más allá del terreno de juego ya que su estilo y sus frases memorables conocidas como “Yogismos” lo convirtieron en un icono de la cultura popular.

“Yo estaba en la armada, pero mi corazón estaba en el Béisbol y con los Yankees”. Yogi Berra.

Que tengan un excelente día.