El dominicano de los Medias Rojas y Bryant de los Cachorros se llevan el premio Hank Aaron.
CLEVELAND – (Eric Núñez / Associated Press). La entrega del premio Hank Aaron brindó una especie de relevo generacional de toleteros en el béisbol de Grandes Ligas.
Por un lado, David Ortiz, el dominicano que puso fin a una carrera de dos décadas con una producción sin precedentes con los Medias Rojas de Boston para un pelotero mayor de 40 años.
Y en el otro, Kris Bryant, quien en apenas su segunda campaña fue la turbina de la ofensiva que propulsó a los Cachorros de Chicago a su primera Serie Mundial desde 1945.
El recién retirado Ortiz no pudo obviar la diferencia de edad con el tercera base de Chicago, de 16 años.
«Ese bebé en el otro extremo, tremendo. Ahora es mi turno de sentarme admirar lo que hace. Da mucho gusto verte cargar al equipo a tus espaldas», dijo Ortiz previo al segundo juego de la Serie Mundial entre los Cachorros y los Indios de Cleveland.
Ortiz recibió el premio correspondiente a la Liga Americana por segunda vez, sumándolo al que obtuvo en 2005. El dominicano lideró las mayores en OPS (1.021) y slugging (.620), además de empatar el segundo puesto en impulsadas (127). También estableció récords de jonrones (38), impulsadas y dobles para jugadores sobre los 40 años.
Culminó su trayectoria el 10 de octubre, cuando los Medias Rojas cayeron en casa contra los Indios, que acabaron imponiéndose en la serie divisional de la Liga Americana con una barrida de tres juegos.
Ortiz bromeó sobre la agridulce sensación de volver al estadio Progressive Field tan pronto.
«Al ir entrando al estadio, me quedé pensando. ‘Aquí estuve hace un par de semana. En mi despedida, en el último juegos que disputamos aquí, me preguntaba cuándo sería la próxima vez que me tocaría regresar a Cleveland», contó Ortiz.
Sobre su nueva condición de pelotero jubilado, confesó que es «algo que todavía no acuso».
«Me imagino que (ese cambio de rutina) la siente usualmente en enero, que es cuando uno empieza a prepararse para la pretemporada y lo demás», señaló Ortiz, cuyos 541 jonrones de por vida le dejaron en el 17mo puesto de la lista histórica. «Pero estoy bien. Creo que estoy más ocupado que nunca. Es una locura».
Ortiz anda ajetreado con sus negocios, como una salsa picante y cigarros.
Bryant recibió el premio de la Liga Nacional tras una campaña en la que bateó para .292, con 39 jonrones y 102 impulsadas.
El premio se determinó al combinar los resultados de una votación de los fanáticos y un panel de expertos, que fue encabezado por Aaron y otros miembros del Salón de la Fama.
«Es un premio con un gran significado para mí», dijo Ortiz. «Es uno de los trofeos que tengo en mi casa que siempre me llama la atención por su forma».